miércoles, 15 de mayo de 2013

5º caso "tras la pista": EL JARRÓN NAZARÍ


Acababa de llegar de su paseo matutino por los alrededores de la catedral de Granada y se había detenido en una de las más antiguas y tradicionales cafeterías de la Plaza Pescadería, para tomar un buen desayuno con churros y chocolate antes de empezar un nuevo día de investigaciones.

 

No había empezado a saborearlos cuando un mensaje en su móvil le interrumpió. Se trataba de un aviso desde su comisaría en la Plaza de los Lobos, informando de un robo en una tienda del centro de la capital.

 

Soltó unas monedas en la barra del bar, saludó al camarero con un gesto y se dirigió hacia la tienda con el cartucho de churros en la mano. No tardó en llegar más de cinco minutos, sorprendiendo al dueño de la tienda, por la rapidez desde que realizara la llamada.

 

- Buenos días, dijo la detective Noemí a la vez que enseñaba su placa policial al propietario de “Antigüedades Nazaríes”. - Si es tan amable me cuenta lo sucedido, añadió terminándose el último churro que aún le quedaba en el cartucho.

 

- Verá usted, esta mañana cuando llegué vi que habían forzado la entrada de la tienda y cuando entré en el despacho que hay en la trastienda de mi establecimiento noté, inmediatamente, la falta en la estantería principal de una pieza de la misma época del famoso jarrón de las gacelas que se guarda en el museo de la Alhambra y que data del siglo XIV. El jarrón tiene un gran valor sentimental, ya que estaba en nuestra tienda desde que mi bisabuelo la abriera en el 1890, pero últimamente las ventas están muy mal y me había decidido a venderlo para evitar echar el cierre.

 

-¿Quién estaba al tanto de la existencia del Jarrón y de su intención de venderlo? -, le interrumpió la detective.

 

- Sólo la familia, algunas amistades y mis tres empleados que deben estar a punto de llegar.

 

La detective Noemí les fue interrogando conforme llegaron a la tienda, el primero en aparecer, como de costumbre, fue Juan, el empleado con más antigüedad, el cual se sorprendió al saber del robo e indicó que se alegró al conocer que su jefe había decido venderlo, ya que con las importantes ganancias de su venta no cerrarían el negocio y veía así salvado su empleo. El segundo fue Mariano, el encargado del almacén y de la limpieza, mostrando su indiferencia por el robo, - Así hay una cosa menos que limpiar. No sé quién iba a querer pagar más de 100 euros por un jarrón como ese – añadiendo además -. No es algo que nos hubiera sacado de la ruina, ya que hay antigüedades en la tienda que deben valer mucho más y que no se han llevado.

 

El último en llegar fue Gabriel, que además de empleado era hijo del propietario, y nada más enterarse de lo sucedido, comentó ponerse muy nervioso cuando estaba cerca del jarrón, ya que desde pequeño cuando jugaba en la trastienda, su padre le regañaba por temor a que tropezara y rompiera la pieza. Temor que, cuando se hizo mayor, no pudo superar por el valor económico que debía tener el jarrón. Pensó que su venta podía haber sido la salvación de la tienda, a pesar de que el no tenía pensado seguir tras el mostrador cuando su padre se jubilara.

 

Cuando hubo interrogado a los empleados, el propietario de la tienda le comentó a la detective que si quería podría llamar al resto de personas que tenían conocimiento de la existencia del jarrón. Sin embargo la detective no lo vio necesario y sacando sus esposas se dirigió a uno de ellos, deteniéndolo y comentando que claramente el sólo se había auto inculpado del robo.

 

¿Quien era esa persona?. ¿Cuál fue el detalle que puso sobre la pista a la detective del quien había robado el valioso jarrón?.

 

1.- Lee atentamente todo el texto.

 

2.- No des soluciones sin pensar si tiene lógica o no.

 

3.- No se trata de una adivinanza, si no de razonar con los datos del texto.

 

4.- Si no logras encontrar la solución vuelve a releerlo.

 

Si aún no lo sabes contesta estas preguntas que te servirán de pista:

 

1.- ¿Cuál crees que era el valor que pensó el propietario de la tienda que tenía el jarrón?

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2.- ¿Quienes confiaban que la venta del jarrón podría ayudarles a salir de los apuros

económicos que tenía la tienda?

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La respuesta es:

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Si lo has logrado sin ayuda, eres un fenómeno, si no, no te desanimes seguro que la próxima vez lo conseguirás.

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