miércoles, 19 de diciembre de 2012

Cuento de Navidad 3

A continuación os mostramos el segundo finalista del concurso de cuentos de Navidad .

Escrito por Carmen María H. de 6º B.



UNA ESTRELLA EN EL CIELO


Érase una vez la historia, la triste historia de un hombre pobre, llamado Manuel. Castigado por la dura sociedad.
Tenía el pelo canoso aunque no era muy viejo, su cara y sus manos arrugadas y quemadas por el frío.
Vestía con ropas desgastadas, rotas y sucias. Su mirada reflejaba tristeza aunque siempre tenía una sonrisa en su boca y un saludo para todos.
Vivía en la calle y su única familia eran dos perritas callejeras, llamadas Milagro y Esperanza.
Dormía entre cartones con una pequeña manta que Manuel había dividido en tres partes, igual que hacía con los pocos alimentos que podía conseguir. Sus únicas riquezas eran un par de bolsas con algunas ropas que había encontrado en los contenedores de basura.
Se llevaba todo el día tapado con su trozo de manta y casi no se le veían los ojos, como queriendo huir de la realidad.
Sentado junto a sus perritas en la puerta de una tienda muy conocida en Sevilla, pedía limosna para poder comer.
En estas épocas de crisis, hay mucha gente viviendo en la calle y los lugares donde se pueden asear, comer algo calentito y descansar, como los albergues están llenos.
Manuel no tenía donde asearse, comer calentito ni descansar.
Las calles son inseguras y él no podía descansar con tranquilidad. Cada día sobrevivía y a la vez moría.
Hoy donde él mal vivía hay un pequeño altar con flores, velas encendidas y notas con escritos recordándole, de vecinos del barrio que ayudaban a Manuel a que su día a día fuera un poco mejor.
Murió el sábado 24 de noviembre de 2012 y sus perritas seguían esperándole pero él ya no vendría jamás.
Afortunadamente las perritas han tenido más suerte de la que tuvo él. Han sido adoptadas por una vecina.
Será la primera vez que estos animales pasen las navidades calentitas en una casa sin que el frío y la lluvia hielen y mojen sus frágiles huesesitos.
Y Manuel por fin estará feliz allí donde esté.

Cuento de Navidad 2

A continuación os mostramos el primer finalista del concurso de cuentos de Navidad .

Escrito por Jose Féliz V. de 6º A.



INTÉNTALO DE NUEVO


No sé realmente e como empezó todo.
Solo recuerdo que de repente estaba en un lugar oscuro como la noche.
Asustado busqué algo que me ayudara a salir, hasta que vi una pequeña luz que se acercaba a mí.
-         ¿Quién eres? – grité.
La luz parecía divertirse. Se acercó más a mí, lo que me hizo ponerme más nervioso.
-         ¡Qué quieres estúpida luz! ¡Déjame en paz! ¿Dónde estoy?
Entonces me empecé a enfadar, a pegarle al aire y a intentar atrapar a aquella luz con mis manos. Ella escapaba y se reía.
Entonces la luz empezó a hacerse cada vez más grande, hasta que lo inundó todo.
Yo para no quedarme ciego me tapé los ojos y escuche una voz que venía de todas partes.
-         Esta Navidad lo intentarás de nuevo.
Me desperté la mañana del 24 de diciembre. No sabía a qué se refería la luz, así que pensé que había  sido un sueño.
Bajé corriendo por las escaleras, estaba hambriento. Como todos los años mi madre había preparado: chocolate caliente y rosquillas.
-         Cariño, recuerda que estás castigado-. Me dijo mi madre.
Yo protesté y me fui al salón para ver la tele. Mi hermano pequeño Pedro estaba viendo Pocoyo, yo, que odiaba esa serie, le dije que me diera el mando, estaban echando mi serie favorita, y le dije:
-         Mocoso dame el mando- insistí.
Él negó y dijo:
-         No, no, vemos Pocoyo.
Yo volví a insistir amenazando:
-   En esta casa se ve lo que yo quiera. Y sino lo has entendido te llevaras una buena torta.
Mi hermano empezó a llorar; y mientras lloraba escuche algo dentro de mí. De repente reconocí aquella voz, era la de la luz y decía:
-         Así no.
Entonces me asusté y también noté la presencia de mi madre, que lo había visto todo.
-         No te da vergüenza amenazar a un niño tan pequeño. ¡que es tu hermano! Bueno, pídele perdón y ve a arreglarte que vamos a comer con la familia.
Yo, sin ganas, hice lo que me pidió y nos fuimos en coche donde habíamos quedado con la familia. En cuanto llegamos vimos a mis abuelos sentados n el restaurante, mi abuela me dijo:
-         Marcos, ¿puedes traerme un vaso de agua?
Yo negué con la cabeza.
De repente volví a escuchar la voz de la luz.
-         Así tampoco.
Me empezaba a volver loco ¿qué es lo que pasaba?, me preguntaba mientras iba caminando a por mis primos.
Mi primo Manuel llevaba un balón de fútbol, Lucas su bicicleta y María unos peluches para jugar con  mi hermano.
Yo le pregunté a Manuel y a Lucas:
-         ¿Os venís a jugar al fútbol?
Ellos dijeron que sí.
Empezamos a jugar, yo cogí el balón y me regateé de Manuel, Lucas vino bruscamente para mí y me metió una patada, yo me levanté para devolvérsela, y otra vez escuché la voz de la luz.
-         ¿Es que no aprendes?
En ese momento me quedé paralizado, para tranquilizarme me fui a beber agua al restaurante.
Cuando terminé, mi madre me dijo que ya que estaba allí le llevara agua a  mi abuela.
Yo lo hice, no me molestaba, además estaba al lado. En ese momento volví a escuchar la voz de la luz:
-         Sigue por ese camino.
En aquel instante entendí que  lo que quería la luz era que  me portase bien.
Desde ese momento me empecé a portar bien.
Comimos toda la familia junta y por la tarde fuimos a ver belenes.
Eran las nueve de la noche ye estaba oscuro, habíamos visto muchos belenes.
Volvimos andando para mi casa, a la cena de Navidad; yo vi a una familia en la calle, me daba mucha pena, entonces le dije a mi madre:
-         ¿Los podemos invitar a cenar?
Ella negó.
Pero yo, seguiría insistiendo, yo no fallaría a la luz. Vi el cambio que dio la situación y conseguí convencerla.
Tenían dos hijos, un chico, Mark y una chica, Sofía. Aquella noche lo pasamos genial.
Yo, destrozado me fui a la cama y conseguí dormirme. Soñé otra vez con la luz, yo ya no estaba asustado. La luz dijo:
-         Siempre estaré contigo.
Yo dije:
-         ¿Quién eres?
La luz respondió:
-         No tengo nombre pero algunos me llaman el Espíritu de la Navidad.


Cuento de Navidad 1

A continución os mostramos el cuento ganador del 1º concurso de cuentos de Navidad de nuestro colegio.

Escrito por Sandra C. de 5º B.



EL AMIGO QUE NUNCA FALLA


Érase una vez en un país muy lejano vivía una niña llamada Caridad. Vivía en un hogar muy humilde con sus padres y sus dos hermanos en una casa de madres en que a veces pasaban frío porque no tenían leña para calentarse.

Todo era muy especial en la casa. Caridad era una niña muy responsable y siempre cuidaba a sus hermanos pequeños, ayudaba a su madre a realizar las labores de la casa y a preparar la comida para cuando llegase su padre de trabajar se la encontrase calentita.

Caridad era una niña muy alegre, cuando salía a la calle todos los vecinos le saludaban y ella siempre sonreía y hablaba con todos, sobre todo con las personas ancianas, las cuales pasaban un ratito con Caridad parecían rejuvenecer... era una niña muy especial y querida en todo el barrio.

Un día llegó a su casa un Señor vestido con traje azul y corbata roja, era el director del banco; quería hablar con su padre y decirle que hacía varios meses que no pagaba la hipoteca de la casa y que si no lo hacía antes de 24 de diciembre el banco se quedaría con la casa.

Sólo tenían veinte días para solucionar el problema y las navidades estaban  la vuelta de la esquina...

Un día al volver su padre de trabajar se sentó junto a su madre y le contó que en el trabajo iban mal las cosas y que posiblemente le iban a despedir, su madre se puso a llorar y Caridad la consoló diciéndole que en la vida hay que ser positivo y afrontar las cosas con optimismo. Sus hermanos, aun pequeños, no se daban cuenta de la gravedad de la situación y jugaban tranquilamente en su habitación. Todo se volvía problemas.

Los padres de Caridad pidieron ayuda a los familiares más allegados, pero ninguno le prestaron ayuda, unos no tenían recursos económicos, otros le dieron la espalda y otros directamente no parecían ser tan buenos amigos y no quisieron ayudarles.

Sin embargo Caridad seguía confiando en que todo saldría bien. Todas las tardes iba junto a su madre a la iglesia de su barrio y se sentaba en el primer banco a rezar y a hablar con Jesús.

Al final de la iglesia se sentaba un señor muy mayor al que todos llamaban Cascarrabias y que nunca hablaba con nadie, ni siquiera con sus vecinos, pero siempre iba a la iglesia. Allí él veía como Caridad y su madre rezaban todas las tardes.

Un día al salir de la iglesia, Caridad tropezó con Cascarrabias y este le sonrío... La cara de la niña llena de alegría y la mirada de sus ojos llenos de inocencia hicieron que Cascarrabias sonriera y se trasladase en el tiempo a su niñez.

Pasaban los días y la familia de Caridad no encontraba una solución al problema. Se acercaba la Nochebuena y en casa de Caridad no se respiraba un buen ambiente... no podían comprar la cena para Nochebuena, no podían pensar en otra cosa que no fuese su hogar y que si nada lo remediaba deberían abandonarlo.

Los padres de Caridad fueron a hablar con el director del banco para aplazar el pago de la hipoteca, pero debido a la situación en el trabajo de su padre no lo aceptaron y le recordaron que en el pago de la hipoteca estaría su salvación y debía hacerlo urgentemente antes del 24 de diciembre.

Al salir del banco, se cruzaron con el señor Cascarrabias, el cual tenía una silla preferente en la entidad bancaria ya que era una de las personas más ricas de la ciudad... ya dentro del banco, le preguntó al director por la situación de esa familia, y éste le dio que no se preocupase, que era otro desahucio más... y sin ninguna compasión se rió: ja, ja, ja...

Llegó la mañana de Nochebuena y los padres de Caridad se disponían a ir al banco a suplicar que no los echasen de su casa, cuando sonó alguien llamando a la puerta: pon, pon, pon... al abrir la puerta dos señores cargados con innumerables platos de comida empezaron a descargar, traían jamón, gambas, un pavo enorme para cocinarlo y mucho turrón y mantecados para hacer una cena digna de reyes, además de regalos para todos. Nadie sabía de donde había salido todo ello. Todos se echaron a llorar de alegría y se miraban emocionados.

Sin tiempo para digerirlo volvieron a llamar a la puerta, se trataba del director del banco que traía la hipoteca de la casa, la cual había sido cancelada. Ya no tendrían que irse de su casa, ¡qué alegría...!

Todos los vecinos estaban asombrados preguntándose quién habría hecho este milagro.

Esta noche cenaron muy contentos en su cada y después fueron a la misa del gallo.

Se sentaron en el primer banco como siempre solían hacer. Caridad no paraba de dar gracias a Jesús por escuchar sus peticiones y hacer que su familia siguiera en su casa. Cuando salían de la misa Caridad se encontró al señor Cascarrabias que estaba al final de la iglesia y le dijo: ¡feliz Navidad!, éste emocionado con lágrimas en los ojos le respondió Jesús ha hecho un milagro, Jesús es el AMIGO QUE NUNCA FALLA...

martes, 18 de diciembre de 2012

Ganadores del concurso de cuentos de Navidad

Enhorabuena a todos los participantes del concurso por vuestra participación, originalidad y calidad de vuestros trabajos.

Esto ha hecho que haya sido muy dificil seleccionar el ganador, pero finalmente el jurado ha seleccionado los siguientes cuentos:

GANADOR: "El amigo que nunca falla". Sandra C.  5ºB

FINALISTAS: "Inténtalo de nuevo". Jose Félix V. 6ºA

                         "Una estrella en el cielo". Carmen María H. 6ºB


Esta semana pasaremos por las clases para hacer entrega de los diplomas y premios.


Os animamos a todos a que sigais participando en los próximos concursos.